April 10, 2012

La caza del gay - Mario Vargas Llosa (La República)

I have already talked about Before Watchmen, but I consider that it is my duty to, once again, ask you -all of you- to think twice before purchasing the prequels to one of the most famous and successful graphic novels ever published.
la temporada de playa llega a su fin

Not too long ago I read a fantastic interview in which Alan Moore discusses at length DC’s editorial decisions. Watchmen was one of the most important artistic projects ever conceived in the American comic book industry; it forever changed the landscape of what was, until then, an industry aimed mostly to an infantile audience. Moore wanted a story with a beginning, a middle and an end. He didn’t want an endless soap opera that would go on and on… languishing in dullness as it happens to most if not all titles from either Marvel or DC. Because you can only have so many brilliant runs and amazingly talented creative teams for a while; every title, and every character, has its ups and downs. It’s impossible to achieve a high level of quality month after month, year after year, decade after decade. Some comic books are like those TV series that are stretched onwards even if there is barely an audience for them until they disappear into oblivion.

Of course, DC editors don’t agree with Moore. They consider that a prequel is a good idea. And it sure is, from an immaturely chrematistic point of view. DC editors are acting exactly like the group of men responsible for the American financial crisis in 2008. They are motivated only by greed, and they pay attention only to their short-term speculations.

Thousands of unreflective fans will buy these prequels and DC will make a lot of money. That’s now. That’s a fact. But what will happen afterwards? DC will have yet another precedent as a company that has no respect for creators.

In a recent article by Tim Pilcher, the British editor explains what are the risks of acting like an avaricious and mindless corporation. Marvel can sue Gary Friedrich (co-creator of Ghost Rider) for 17,000 bucks and get away with it. DC can print as many prequels or sequels of Watchmen as they want. But one thing remains clear: “Alan Moore has commented on how dismayed he was that the publishers were rehashing something that he and Dave Gibbons created over 25 years ago. But what he’s forgetting is that is exactly what Marvel and DC have been doing for the past 60 years, let alone the last quarter of a century. And is it any wonder that they keep returning to their standard Intellectual Properties?”.
cuadros de Michele del Campo

Creative people nowadays don’t want to be a part of DC and Marvel. They might work for them, reinterpreting those cherished intellectual properties, but they will pay more attention to their personal creations. I think this is why Paul Levitz, for so many years, refused to further exploit Moore’s magnum opus, of course, he’s no longer the editor in chief. “Based on the actions of the Big Two in recent months what freelancer in their right mind would create an original character for them? Why give away a great character to a large corporation who will exploit it ad infinitum when you see little, or no, returns from the endless licensing (the most important department in both companies). Surely, if your concept or character is that good you’d take it to Dark Horse, Top Shelf, Avatar, Dynamite, SelfMade Hero, or any of the countless publishers out there that offer infinitely better deals, in terms of copyright ownership”. Robert Kirkman, for example, is the owner of The Walking Dead, and now he’s making more money than all current Superman or X-Men writers and artists combined.

I think about myself, and the comic books I write. If I had an idea for a groundbreaking miniseries I wouldn’t knock on DC or Marvel’s doors. I would take my idea to Image, for example, and wait till I get as lucky as Kirkman and my comic book gets turned into a successful TV series. Well, that last bit is a joke, but you do get the idea, right? “So this all creates a serious problem for DC and Marvel. If no one is willing to create new characters and stories for them, they are reduced to rehashing the properties they do own (by fair means or foul). When Alan Moore attacks them for regurgitating his work—like an emaciated cash cow trying to eek out some final nourishment from something that was already pretty indigestible—that’s all they’ve got! They don’t have a choice any more!”.

This month the preordering for the Watchmen prequels begins. DC will earn thousands of dollars now. In 2012. But after a few years, like Tim Pilcher so aptly puts it, every creative author will stay the hell away from the big two. “I’m seriously worried that Marvel and DC will eventually suffocate themselves on a lack of creative oxygen that is vital for them to grow and develop. Short-terminism works for politicians and bankers out to make a fast buck, but it leaves no legacy behind, just a hollow shell”.  

If you truly care for the medium, if you love comic books, if you value creativity, then don’t preorder the Before Watchmen titles. And in June, if you see them on the shelves, don’t buy them. Regardless of your opinion about Moore’s work, let’s show DC that we care for the comic book industry enough not to support unethical projects like this one. It’s in your hands now, dear reader.

Arcadio B.
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Di Paolo: una de las más geniales poetas peruanas

He quedado particularmente fascinado por el artículo de Mario Vargas Llosa La caza del gay, y la sorpresa llega, en parte, porque considero que hace algunas décadas Vargas Llosa dejaba traslucir una cierta intolerancia al momento de interpretar o describir personajes que escapaban a la normatividad heterosexual. Allí está el “Bola de oros” en “Conversación en la catedral” o el viejo verde que se obsesiona con un jovencito menor de edad en uno de los primeros capítulos pares de “La tía Julia y el escribidor”. Se trataba, entonces, de personajes marginales, que asumían la posición de lo abyecto (aquello que va más allá de lo vil) y no podían ser redimidos.

Con el paso de los años, no obstante, Vargas Llosa ha ido madurando no sólo como escritor sino como intelectual. Así, por ejemplo, en “El Sueño del celta”, el heroico protagonista es homosexual. Y hoy en día el ganador del Nobel es capaz de aceptar que “Fuimos educados desde tiempos inmemoriales en la peregrina idea de que hay una ortodoxia sexual de la que sólo se apartan los pervertidos y los locos y enfermos, y hemos venido transmitiendo ese disparate aberrante a nuestros hijos, nietos y bisnietos, ayudados por los dogmas de la religión y los códigos morales y costumbres entronizados.  Tenemos miedo al sexo y nos cuesta aceptar que en ese incierto dominio hay opciones diversas y variantes que deben ser aceptadas como manifestaciones de la rica diversidad humana”.

Vargas Llosa nos recuerda también el valor de la vida humana, y cómo la intolerancia y la homofobia producen muertes tanto aquí como en Chile, refiriéndose al comentadísimo caso del joven Daniel Zamudio. La idea de un chico torturado y asesinado por el simple hecho de ser gay me parece escalofriante, pero también me parece el reflejo lógico de una sociedad como la latinoamericana. Difícil a estas alturas elegir a un culpable, porque no se trata de un cuarteto de asesinos sino de los hijos de una patria que repudia la homosexualidad. Este es uno de los casos en los que se hace evidente que, para salvar vidas, primero debemos cambiar nuestra sociedad.
Rossella me escribió esta inolvidable dedicatoria

Hace unos días leía el blog de Maxtian, Palabras libres y más, si bien el autor del blog mencionaba este terrible hecho también hacía énfasis en las palabras que se le quedaban en el tintero. Y se me ocurre que esa es la reacción más honesta. Frente a la muerte es difícil mantener la elocuencia, y a veces el silencio -la soledad sosegada como le hubiera gustado a Pascal- es lo único que nos permite reflexionar y reencontrarnos con nosotros mismos. Por cierto, les recomiendo que revisen el blog, encontrarán interesantes opiniones sobre diversos temas y, por encima de todo, una sinceridad y una capacidad para compartir información que, creo, a mí a veces me falta.
  

BEFORE WATCHMEN… OTRA VEZ

Ya he hablado antes sobre Before Watchmen, pero considero que es mi deber, una vez más, pedirles -a todos ustedes- que lo piensen dos veces antes de adquirir las precuelas de una de las más famosas y exitosas novelas gráficas.

Hace poco leí una fantástica entrevista en la que Alan Moore discute largo y tendido sobre las decisiones editoriales de DC. Watchmen fue uno de los más importantes proyectos artísticos alguna vez concebidos en la industria del cómic USA; cambió para siempre el paisaje de lo que era, hasta entonces, una industria que apuntaba a una audiencia infantil. Moore quería una historia con un principio, un nudo y un desenlace. No quería una telenovela interminable que seguiría y seguiría... languideciendo en la mediocridad como sucede con muchos si es que no todos los títulos de Marvel o DC. Porque sólo puede haber una cantidad limitada de buenas etapas, con talentosos equipos creativos; todos los títulos, todos los personajes, tienen sus altibajos. Es imposible mantener un alto nivel de calidad mes tras mes, año tras año, década tras década. Algunos cómics son como esas series de televisión que se estiran al máximo cuando apenas tienen audiencia hasta que desaparecen en el olvido.

Por supuesto, los editores de DC no están de acuerdo con Moore. Consideran que la precuela es una buena idea. Y desde luego lo es, desde un punto de vista inmaduramente crematístico. Los editores de DC actúan exactamente como el grupo de hombres que fueron responsables por la crisis financiera norteamericana del 2008. Están motivados sólo por la codicia, y prestan atención sólo a sus especulaciones de corto plazo.

Miles de irreflexivos fans comprarán estas precuelas y DC ganará un montón de dinero. Eso es ahora. Eso es un hecho. ¿Pero qué pasará después? DC ganará un nuevo precedente como una compañía que no tiene ningún respeto por los creadores.

En un reciente artículo de Tim Pilcher, el editor británico explica cuáles son los riesgos de actuar como una corporación angurrienta y sin mente. Marvel puede salirse con la suya al demandar a Gary Friedrich (co-creador de Ghost Rider) por 17,000 dolarillos. DC puede imprimir todas las precuelas y secuelas de Watchmen que les entre en gana. Pero una cosa sigue siendo verdad: "Alan Moore ha comentado lo decepcionado que estaba cuando la editorial estaba rehaciendo algo que él y Dave Gibbons crearon hace 25 años. Pero lo que él está olvidando es que eso es exactamente lo que Marvel y DC han estado haciendo en los últimos 60 años, ni qué decir en el último cuarto de siglo. ¿Y es acaso una sorpresa que sigan regresando a sus propiedades intelectuales estándar?".
my pencils / mis lápices

La gente creativa en la actualidad no quiere ser parte de DC y Marvel. Pueden trabajar para ellos, reinterpretando esas apreciadas propiedades intelectuales, pero le prestarán más atención a sus creaciones personales. Creo que por eso Paul Levitz, por tantos años, se rehusó a explotar el magnum opus de Moore, por supuesto, ya no es el editor en jefe. "Tomando como base las acciones de Marvel y DC en meses recientes, ¿qué autor libre y cuerdo crearía un personaje original para ellos? ¿Por qué regalar un gran personaje a una corporación gigantesca que lo explotará ad infinitum cuando recibirás pocas o nulas ganancias del incesante 'licensing' (el departamento más importante en ambas compañías)? De hecho, si tu concepto o personaje es tan bueno lo llevarás a Dark Horse, Top Shelf, Avatar, Dynamite, SelfMade Hero, o cualquiera de las incontables editoriales que ofrecen contratos infinitamente mejores, en términos de propiedad intelectual". Robert Kirkman, por ejemplo, es el propietario de The Walking Dead y ahora gana más dinero que todos los escritores y dibujantes actuales de Superman o X-Men combinados.

Pienso en mí mismo y en los cómics que escribo. Si tuviera una idea para alguna miniserie innovadora no tocaría la puerta de Marvel o DC. Llevaría mi idea a Image, por ejemplo, y esperaría hasta ser tan afortunado como Kirkman y a que mi cómic se convierta en una exitosa serie de televisión. Bueno, eso último es una broma, pero se entiende lo que quiero decir, ¿verdad? "Así que todo esto crea un serio problema para DC y Marvel. Si nadie está dispuesto a crear nuevos personajes e historias para ellos, están obligados a rehacer las propiedades que sí poseen (por medios legales o ilegales). Cuando Alan Moore los ataca por regurgitar su trabajo -como una vaca emaciada a la que se le intenta sacar las últimas gotas nutricias para algo que resulta indigesto- es porque eso es todo lo que les queda. Ya no tienen ninguna otra opción".

Este mes empiezan los pedidos por anticipado de las precuelas de Watchmen. DC ganará miles de dólares ahora. En el 2012. Pero luego de algunos pocos años, como Tim Pilcher afirma, los autores creativos se mantendrán alejados de DC y Marvel. "Estoy seriamente preocupado, Marvel y DC eventualmente se sofocarán a sí mismos por la falta de oxígeno creativo que es vital para ellos, para su crecimiento y desarrollo. El corto plazo funciona para los políticos y los banqueros que quieren ganancias rápidas, pero esto no deja ningún legado, sólo una cáscara vacía".

Si realmente te importa el medio, si amas los cómics, si valoras la creatividad, entonces no compres los títulos de Before Watchmen. En junio, si los ves en una tienda, no los compres. Al margen de tu opinión sobre la obra de Moore, demostrémosle a DC que sí nos importa la industria del cómic lo suficiente como para no apoyar proyectos sin ética como este. Está en tus manos ahora, estimado lector.

Arcadio B.

April 9, 2012

Conan the Barbarian # 22 - Roy Thomas & Barry Windsor-Smith

“A westling wind curls listlessly thru the streets and alleys of the city called Pah-Dishah, some three weeks’ ride from Turan-besieged Makkalet” are the first words of The Shadow of the Vulture (January/February 1973).

Prince Yezdigerd wants Conan dead, after all, the barbarian disfigured his face. The Cimmerian, however, is a powerful adversary, and so Yezdigerd hires the most ruthless killer of Hyrkania, the mysterious Vulture, who has never lost a battle. The Vulture might be good with the sword, but eventually he proves to be no match for Conan.

This issue also marks the historical first appearance of Red Sonja, the She-Devil with a sword. As Roy Thomas had mentioned in a few interviews, the greatest romantic interests in Conan’s life were Belit and Valeria, one with black hair and other blonde and pale. So Thomas decided that it would be good to introduce a new character, a red-haired warrior, a woman who could defeat anyone on the battlefield. As she saves Conan’s life, it’s clear for the readers that something else will happen between them.

But let’s talk about the art. When I saw the splash page I was in awe. We have the black-maned barbarian fighting against a group of soldiers, right in front of the gates of the palace. This is a true example of great art. First of all, we have every possible detail right in front of us, the corpses of those who have fought against Conan, the vibrant movement of the soldiers that are still trying to restrain him. The lines and the cross hatching is flawless, only a few contemporary artists are able to achieve such level of perfectionism (Gene Ha, George Pérez or Phil Jimenez). There are over twenty citizens in the background staring at the brawl, we can recognize their attitudes and see facial gestures. Nonetheless, the true talent of Barry Windsor-Smith is made evident in his amazing control over perspective.

We could see this plash page as a full frame portraying the wrath of Conan. Nonetheless, we should note that it combines a number of techniques that only expert filmmakers are familiar with. First, we have a Dutch angle, which means the line of the horizon is slightly tilted and this creates a sensation of imbalance, as if Conan were about to fall on us at any second. Then we have a high-angled shot that let us see the city below and behind the barbarian. Now, in order to convey all the visual landmarks of Pah-Dishah that Barry has included in this wonderful page, he establishes a forced perspective, a technique used by immortal artists like Albrecht Dürer or architects like André Le Nôtre, a forced perspective gives us the illusion of greater depth.

The cover is also a fine example of Barry’s style. It is slightly reminiscent of an engraving work, but at the same time captures the dynamism and adventure of a comic book. The first appearance of Red Sonja is also quite memorable.
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"Un viento de occidente ondula silenciosamente a través de las calles y callejones de la ciudad llamada Pah-Dishah, a tres semanas de cabalgata de Makkalet, asediada por los turanios" son las primeras palabras de “La sombra del buitre” (enero/febrero 1973).
El príncipe Yezdigerd quiere matar a Conan, después de todo, el bárbaro desfiguró su rostro. El cimerio, no obstante, es un poderoso adversario, así que Yezdigerd contrata al más despiadado asesino de Hyrkania, el misterioso Buitre, que nunca ha perdido una batalla. El Buitre puede ser bueno con la espada, pero al final no será rival para Conan.

my drawing / mi dibujo

Este ejemplar también marca la primera aparición histórica de Red Sonja, la diablesa de la espada. Como mencionó Roy Thomas en una entrevista, los grandes intereses románticos de la vida de Conan eran Belit y Valeria, una de pelo negro y la otra rubia y pálida. Así que Thomas decidió que sería bueno presentar un nuevo personaje, una guerrera pelirroja, una mujer que podría derrotar a cualquiera en el campo de batalla. Cuando le salva la vida a Conan, es claro para los lectores que algo más sucederá entre ellos.

Pero hablemos sobre el arte. Cuando vi la primera página quedé impactado. Tenemos al bárbaro de melena negra peleando contra un grupo de soldados justo frente a las puertas del palacio. Este es un verdadero ejemplo de arte genial. Primero, tenemos cada detalle posible, los cadáveres de aquellos que lucharon contra Conan, el vibrante movimiento de los soldados que aún intentan frenarlo. Las líneas y la trama de tinta es impecable, sólo unos pocos artistas contemporáneos son capaces de tal nivel de perfeccionismo (Gene Ha, George Pérez o Phil Jimenez). Hay cerca de veinte ciudadanos que miran la confrontación, podemos reconocer sus actitudes y ver los gestos faciales. Sin embargo, el verdadero talento de Barry Windsor-Smith se hace evidente con su asombroso dominio de la perspectiva.

Podríamos ver esta página como una toma de cuerpo completo que retrata la ira de Conan. No obstante, deberíamos notar que combina técnicas que sólo cineastas experimentados manejarían con familiaridad. Primero, tenemos un ángulo holandés, en el que la línea del horizonte se inclina ligeramente, creando una sensación de desequilibrio, como si Conan fuese a caer encima de nosotros. Luego, tenemos una toma de ángulo elevado que nos deja ver la ciudad debajo y detrás del bárbaro. Ahora, para ilustrar todos los monumentos de Pah-Dishah, Barry establece una perspectiva forzada, una técnica usada por artistas inmortales como Durero o arquitectos como André Le Nôtre, una perspectiva forzada nos da la ilusión de una mayor profundidad.

La portada es también un gran ejemplo del estilo de Barry. Nos remite levemente a un trabajo de grabado, pero al mismo tiempo captura el dinamismo y la aventura de un cómic. La primera aparición de Red Sonja es también bastante memorable.

April 8, 2012

Conan the Barbarian # 21 - Roy Thomas & Barry Windsor-Smith

The war in Makkalet is epic. Epic is the right term, because it derives from the Greek epos (story, poem), and because it entails the notion of an event of such magnitude that it changes history, forming or destroying civilizations. Epic was the Greek triumph over the Persians or the conquering wars of the Roman Empire.

Conan the barbarian has already changed the course of history, inadvertently perhaps, but the aftermath of this holy war will have repercussion in every corner of the Hyborean world. “On this morn, after a disastrous reliance upon sea and soldiery to protect them, the subjects of this Hyrkanian city-state begin at last to build makeshift barricades to keep out the besieging Turanians…”, and so begins Monster of the Monoliths! (December 1972). 

Conan has barely managed to escape from prince Yezdigerd, and now wounded and tired, he arrives to beleaguered Makkalet. After a quick skirmish, the young barbarian is taken into custody and eventually decides to help the king of Makkalet, his former enemy.

Perhaps one of the most fascinating aspects of this saga is that Conan fights in both sides, and understands all aspects of the warfare. Queen Melissandra asks Conan to ride east, to the city of Pah-Dishah and ask assistance of her father’s army. The Cimmerian agrees, but on his way he’s ambushed and attacked by a monstrous creature with ghastly eyes. “In those grisly eyes are mirrored all the unholy things and vile secrets that sleep in the cities under the sea, and that skulk from the light of the day in the blackness of primordial caverns”.

Barry Windsor-Smith is a master of architecture, and that is made obvious in the splash page. The solemnity of the city is confronted with the slow movement of the young barbarian. The struggle between Conan and the people of the city is violent and yet graceful. In subsequent pages, the ambush and the appearance of the monster simply takes our breath away.
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La guerra en Makkalet es épica. Épico es el término correcto porque deriva del griego epos (historia, poema), y porque involucra la noción de un evento de tal magnitud que cambia la historia, al formar o destruir civilizaciones. El triunfo griego sobre los persas fue épico, al igual que las guerras de conquista del imperio romano.

Conan el bárbaro ya ha cambiado el rumbo de la historia, quizá inadvertidamente, pero las consecuencias de esta guerra santa estarán en cada rincón del mundo Hibóreo. "Al alba, tras una desastrosa dependencia en el mar y en la soldadesca para protegerlos, los súbditos de esta ciudad-estado hirkaniana comienzan por fin a construir barricadas improvisadamente para mantener alejados a los turanios al acecho...", y así empieza el Monstruo de los Monolitos (diciembre 1972).

Conan ha escapado con las justas del príncipe Yezdigerd, y ahora herido y cansado, llega a la asediada Makkalet. Luego de un breve combate, el joven bárbaro es capturado y eventualmente decide ayudar al rey de Makkalet, quien fuese su enemigo días atrás.

Tal vez uno de los aspectos más fascinantes de esta saga es que Conan pelea en ambos lados, y entiende todos los aspectos del conflicto bélico. La reina Melissandra le pide a Conan que cabalgue hacia el este, hacia la ciudad de Pah-Dishah y que solicite la ayuda del ejército de su padre. El cimerio acepta, pero en el camino es emboscado y atacado por una monstruosa criatura de ojos fantasmales. "En esos ojos acuosos se reflejan todas las cosas profanas y los secretos viles que duermen en las ciudad bajo el mar, y que se sepultan en la oscuridad de las cavernas primordiales para huir de la luz del día".

Barry Windsor-Smith domina la arquitectura y eso es algo obvio en la primera página. La solemnidad de la ciudad es enfrentada al movimiento lento del joven bárbaro. La lucha entre Conan y la gente de la ciudad es violenta, pero grácil. En páginas subsiguientes, la emboscada y la aparición del monstruo nos deja sin aliento.

April 4, 2012

Los días y la pintura - Iván Fernández-Dávila (Museo Pedro de Osma)

Victim (1961)
Directed by Basil Dearden


Dirk Bogarde (famous for his main role in "Death in Venice") is Melville Farr, a most successful lawyer that has gained acceptance in the Chamber of Lords and is about to become a judge. He's wealthy and famous, he lives more than comfortably and he is married to a beautiful woman. Is he the perfect man? Well, he would be for any open-minded individual, but not for those of more traditional upbringing.
Museo Pedro de Osma

Melville Farr defies law, his acts mock morality, and his thoughts are not of a decent nature. He is, after all, a man doomed to survive in a time in which homosexuality was a crime, a time in which exposing his true nature would have meant being imprisoned.

At the beginning of the movie, a young man nicknamed 'Boy' is searching for him. He calls him constantly but the more desperate he gets in trying to reach him, the more Melville Farr eludes him. Farr has spent time with Boy, perhaps too much, and because of this intimacy he fears that he may be heinously extorted. The truth is, however, that Boy is the one being blackmailed by someone who has discovered his homosexual tendencies and has a compromising photography of the young man and the prestigious and well-respected barrister. Set in the early 60s, this film courageously denounces what could be, perhaps, one of the most unfair rules in Britain: the criminalization of homosexuality.

Judith Butler studied postmodernist and poststructuralist theories to define the "subject" relying in linguistic terminology, not unlike what Jacques Lacan attempted while coming up with terms like the symbolic order (the system of signs and conventions that form our perception, our very reality). Compelled "by social sanction and taboo", society learns to discriminate those who oppose the heterosexual norms. As a result, our belief in "natural" behavior is really the result of a mixture of indirect and flagrant coercions. Repudiation towards gays, lesbians or bisexuals becomes necessary for the standard subject to establish "an identification with the normative phantasm of sex".

For Butler gender is a construction that regularly conceals its genesis. And that genesis is not physical but performative; the body becomes its gender only "through a series of acts which are renewed, revised, and consolidated through time" (through a certain performativity that varies in each culture, one might add). Should we critique the assumptions of normative heterosexuality? Certainly those punitive rules (social, familial, and legal) have forced us to conform to hegemonic, heterosexual standards for identity.
my drawing / mi dibujo

It's only fitting then, that the protagonist of "Victim" is a man of law, and through sheer performativity, in this case the kind of performativity that also sustains and nurtures the law, he will face a most difficult dilemma. After Boy's capture, police officers start investigating the origin of the extortion. As a consequence, Melville will no longer be able to ignore this situation, as he would have preferred to do. Why is this a dilemma? He can't confess to the police the fact that he had a relationship with another man, as that is forbidden. But, at the same time, he cannot let the blackmailers get away unpunished.

As he starts investigating who could be responsible of blackmailing Boy, he digs deeper and deeper into London's gay scene. He meets men that sleep with men, people that forever hide in the shadows, and soon he learns that there are many homosexuals paying money to avoid being exposed.

At the end, he must make a final stand. If his decision is to stop the criminals that threaten to destroy so many lives, he must first collaborate with the police and come forward embracing his true sexuality. That, of course, guarantees the end of his brilliant career, all of his professional ambitions will come to a halt should he decide to tell the truth. But at the same time, and this is most notorious, by playing by the rules, he also has the opportunity to perform in front of a jury, and as the nature of law is similar to the conformation of human habits, id est, it's prone to change and alteration, here performativity can also turn into the necessary coup de etat to vanquish a most ruthless law.

"Victim" was a brave production and a most controversial film in a difficult time, tackling an aspect of British law that would compare the simple fact of being gay to an arm robbery, thus condemning homosexuals to be locked behind bars, no matter how peaceful or harmless they could be. Butler's project has been so far to quote the law in order to reiterate and coopt its power, to expose the heterosexual matrix and to displace the effect of its necessity. If Farr decides to confess he's gay to his wife and to the world, he will have one chance, one shot at exposing the heterosexual normativity and undermine it long enough for people to accept that, perhaps, against everything they have been taught, an option different from heterosexuality might not mean the end of the world.

My review on IMDB.
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Conocí a Iván Fernández-Dávila hace varios años, cuando estábamos en estudios generales letras de la PUCP. Me lo presentó mi amigo de toda la vida, Juan Carlos Gibson, y yo en ese entonces andaba bastante desconectado del entorno universitario, así que nunca supe que Iván y yo teníamos mucho en común. Tuvieron que pasar varios años hasta que nos volvimos a encontrar, en alguna galería de arte del circuito limeño. Sin duda, nuestro interés por la pintura y por las propuestas artísticas nos hicieron coincidir en más de una ocasión, pero yo, tan desmemoriado como siempre, o quizá levemente distraído por la cantidad de copas de vino que suelo tomar, no lograba recordar su nombre. Tuvieron que pasar meses hasta que por fin logré ubicar a Iván, y pude finalmente comentarle a Gibson que ahora, una década más tarde, por fin me había conectado con mi entorno, con el arte y con los viejos amigos.

El artista tuvo la amabilidad de autografiarme el catálogo de la muestra


La muestra individual de Iván se titula “Los días y la pintura” y me ha permitido tener una visión más amplia de su obra. De hecho, debo confesar que hasta el día de ayer solamente había visto un cuadro de mi amigo Iván, en la muestra "El diálogo y la guerra sobre el lienzo". Ahora, en cambio, he podido apreciar la gran sensibilidad de Iván y discernir los fundamentos de su propuesta. Con estos cuadros al óleo, el artista comparte con nosotros sus preocupaciones, y en cierto modo sublima sus demonios internos con un estilo fuerte e indeleble. Si bien Iván se ha inspirado en su entorno, en su propio mundo, no por ello sus cuadros dejan de evidenciar momentos reveladores, casi como los lapsus linguae que Sigmund disfrutaba tanto analizando. Así, en cuadros como “Sábado” o “Pintor y Modelo” vemos los pies del artista irrumpiendo en la sugestiva imagen de la mujer desnuda (más que una donna angelicata una mujer real, de carne y hueso), como si la anatomía del artista invadiera un espacio que no le es propio. Y al fin y al cabo, lo cierto es que los cuerpos dejan de tener de propietarios al momento de ser transfigurados en líneas, en trazos, en color. Iván y Elizabeth dejan de ser los amigos que conozco para formar parte del mundo del arte.
Los griegos

Me encantan los trazos fuertes, sentir cómo el óleo ha sido aplicado con fuerza, quizá con fiereza, y al mismo tiempo siento que hay un equilibrio con las pinceladas más tenues, más ligeras. La paleta de colores de Iván tiene predilecciones por los tonos rojizos, y de hecho, su cuadro “El sueño” es uno de los que más impresionó a los que asistieron a la inauguración de la muestra. Allí impera el rojo pero también la sensualidad, la promesa del goce aún en estado soñoliento. Otro cuadro que llamó mucho mi atención fue “Los griegos”, en donde la figura del cuerpo masculino guarda cierta semejanza con las posiciones que podemos ver en las esculturas post-micénicas y helénicas, y sin embargo esta forma de la disposición del cuerpo se adapta, se doblega ante el estilo propio del artista.
El sueño

En el transcurso de la noche me encontré con amigos como Asad López de Castilla y Renzo Núñez Melgar Vega. Hace poco los visité en su taller y he quedado maravillado con los cuadros que están preparando para futuras muestras, además, como ambos son fans acérrimos de The Walking Dead siempre nos quedamos hablando sobre el tema. Conversé brevemente con Julio Garay, Eduardo Deza y José Medina (editor de Art Motiv). También saludé a Saúl Peña Kolenkaustky que seguramente comprará uno de los cuadros de Iván, demostrando una vez más que siempre ha tenido buen ojo para el arte (no en vano la colección de arte que tiene en su casa es realmente extraordinaria).

Juan Carlos Gibson también estuvo presente, por supuesto, como debe ser. Y al final de la muestra, dejamos el museo Pedro de Osma y nos dirigimos a Mochileros, para terminar la noche con algunos tragos más, que nunca están de más. Nos acompañó el multipremiado artista John Chauca, que según Gibson es una buena influencia para mí porque es una de las pocas personas que logra persuadirme para tomar cerveza. Y también Hugo Salazar, uno de mis artistas favoritos. De Chauca ya he comentado un par de muestras aquí y aquí, y también la última de Hugo. Creo que estuvimos conversando por casi tres horas, entre las anécdotas gibsonianas del patio de letras de la PUCP, los chistes de Chauca y las bromas de Iván, el tiempo pasó volando.

La muestra permanecerá abierta al público hasta el 26 de abril en el museo Pedro de Osma (avenida Pedro de Osma 423, Barranco). Les recomiendo que se den una vuelta y la visiten.

Arcadio B.

April 2, 2012

Films (March '12) / Películas (marzo)


I had to write and draw a couple of stories for upcoming issues of The Gathering, so this month I was busier than usual. Add to that the fact that I’ve spent every weekend on the beach, so my time to watch films was severely reduced.

Anyway, I saw The Last Picture Show (1971) directed by Peter Bogdanovich. This is a coming of age story about a group of teenagers in a small town; we see their lives, we experience their clumsiness and their confusion, and we witness them over and over trying to perform the sexual act. Everything is about sex in a time in which sexual activity is a taboo. So we see Timothy Bottoms, a 16 year-old trying to get into bed with a 40 year-old woman; we see Cybill Shepherd in a rendezvous with her rich friends, in an exclusive party in which all teens get naked and swim in the pool, only to have sex afterwards; we see Jeff Bridges trying to lose his virginity with his girlfriend, and he’s so nervous that he goes through a temporary erectile dysfunction, we see others fondling their girlfriends or having premature ejaculations, but in the end, sex is the unreachable goal, the one thing everyone is obsessed about and the one thing that remains ever so elusive. The cast is completed by Ellen Burstyn and Clu Gulager (director of A Day with the Boys, which I reviewed here a few months ago). The final scenes of Bogdanovich’s film are sad and moving, not because they’re dramatic or over the top, but because they feel absolutely true.

I felt fascinated by Phyllida Lloyd’s The Iron Lady (2011). Meryl Streep somehow manages to transform herself into the most powerful woman of the United Kingdom. And at the same time we are confronted with the reality of Margaret Thatcher. Who was this woman who became the first female prime minister in England? Was she ambitious? Cruel? Oblivious to the demands of the people? Some people have complained about the film being a bit apologetic, but I disagree. We see her in more than one dimension, we see her as a monster, sometimes, but we also see her in more human, more vulnerable moments. Do we pity her or do we still condemn her for her decisions? That’s up to the viewer, but the one true thing, as Lacan’s followers have said before, is that women can either take the female or male position in the sexuation graphic, but for some reason, women who have power always place themselves in the male position. Could power in women exist from the female position? So far, we haven’t seen that happening, and perhaps that’s what The Iron Lady reminds us.

The Curiosity of Chance (2006) directed by Russell P. Marleau summarizes one of the most important moments in the life of Tad Hilgenbrink, a teenager that is bullied in high school due to his sexual orientation. I really enjoyed this comedy, because despite all the laughter and the funny sequences, there is true heart at the bottom of it all. For a short scene you can check this link . Prom Queen: the Marc Hall Story (2004) is also a comedy although based on a true story. Only a few years ago, there was a case of discrimination in Canada. A high school boy wanted to bring his same sex partner to the prom, however his Catholic school refused to let that happen. While it’s true that Catholic schools respond to ecclesiastical laws it’s also true that the Canadian chart of human rights ascertains that no one can be discriminated on the grounds of sexual orientation in Canadian territory. Aaron Ashmore, famous for his role as Jimmy Olsen in Smallville, is Marc Hall, a teenager that in the end decides to bring his case to a court of law. Usually, discrimination is the rule everywhere in the world, but it’s nice to see that at least on this occasion, in Canada, the law prevailed. And so in real life as well as in the movie Marc was able to attend his prom with his boyfriend.

Another interesting movie was Jet Boy (2001), a story about a young boy that prostitutes himself so that his addicted mother can buy more heroine. The woman dies of an overdose on his son’s birthday, and soon the young kid is on the streets, trying to survive. That’s when he finds a man who looks like a drug dealer. The man soon befriends the kid. Without any real parental figures in his life, the young boy starts fantasizing about having a father and is willing to prostitute himself as long as this man remains by his side. Quite a dramatic story, although with an ending that felt slightly too optimistic for me. I saw again My Best Friend’s Birthday (surviving fragments) directed by Quentin Tarantino: demented characters, crazy dialogues and strong characters that reminds us of classic Tarantino films; with lots of cinematographic references, this is a convoluted tale that even incomplete still makes sense. Sort of.

In the international front we have Sønner (2006), directed by Erik Richter Strand. Here we catch a glimpse on the ugly reality of pedophilia in Norway. A Norwegian man has seduced underage boys for over two decades, and after he returns to his town, one of his former victims, a man in his twenties, immediately recognizes him. He has no way to prove that this is the same man, but eventually he catches him in an intimate encounter with a 12 year-old boy. This, however, uncovers a lot of things: the man has photographed all of his victims for years and has thousands of files of child porn on his computer. Accusing him *means to relive all the traumatic experiences that many adult men have chosen to forget. Erik Richter Strand gives us complex characters and delves deeply into the motivations of the pedophilic men and his victims. Why has it been so easy for him to convince boys to go to his place, not once, not twice, but on many occasions? What consequences did all these sexual experiences have in men that are now adult? Straight (2007) is a somewhat unappealing German movie about gay and bisexual young people. Sexuality is always a complex issue, but seems to me like this production only explores the superficial aspects of homosexuality and bisexuality. On the other hand, Romeos (2011) is a very enthralling film about a transsexual woman who is undergoing hormone therapy to become a man. She/he now has facial hair and more masculine features, but there is still a vagina under her clothes. This will cause a lot of troubles when she/he falls in love with a gay man. There are not many productions about transsexual characters, and even fewer that undertake this issue seriously and intelligently. Romeos is a fine example of what you can do if you really care for the subject at hand. For a short scene you can check this link.

And from France comes L’homme que j’aimé (1997), a depressing story about a young man who is dying of AIDS and that feels deeply and madly in love with a handsome blonde boy who lives with his girlfriend. Against all odds, they become good friends and when the gay man’s health starts deteriorating the blonde boy moves in with him, ditching his girlfriend in the process. This is a bit tragic story, but then again, AIDS is no laughing matter. Marco Berger’s Ausente (2011) is one of the most powerful, haunting films I’ve seen in a while. This is a story about a high school boy that manages to come up with the perfect plan to spend the afternoon with his favorite teacher. Berger had greatly surprised me with his short film “El reloj” , a story about two high school boys that share the same bed but are too shy to even consider the possibility of sex. Ausente is all about frustrated wishes, about unrequited love, about the impossibility of the sexual act. The student does everything he can to seduce his teacher, but the adult remains adamant. The ending is heartbreaking, and there is a particular scene that will make you cry, even if you are one of those indifferent and cold people that Berger seems to criticize so much. Also, great acting by Carlos Echevarría and Javier De Pietro, this is one of the best things I’ve seen from Argentina in quite some time. For a short scene you can check this link
 
When it comes to Pedro Almodóvar I always go to the movies. I’ve been doing it since 1999. There is something magic about sitting in the dark and reading “El deseo producciones presenta”… La piel que habito (2011), proves why Almodóvar is still one of the best contemporary filmmakers from Spain. There is a reason why I always get excited about Almodóvar’s work: you can feel his passion, his inner demons, his concerns and his love for the seventh art in every sequence. This is a director that knows what he’s doing and is never afraid of shocking the viewer. During the first scenes, we feel intrigued, and then, as a series of flashbacks provide us with enough information everything makes sense. It’s hard to tell the ending without spoiling the entire story, so I’ll just say this: Almodóvar is still one of my favorites.
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Tuve que escribir y dibujar un par de historias para futuros números de The Gathering, así que este mes estuve más ocupado de lo normal. Además, como pasé todos los fines de semana en la playa, tuve menos tiempo para ver películas.

De todos modos vi "The Last Picture Show" (1971) dirigida por Peter Bogdanovich. Esta es una historia sobre un grupo de adolescentes en un pequeño pueblo; vemos sus vidas, sus experiencias, su torpeza y su confusión, y somos testigos una y otra vez de sus intentos por realizar actos sexuales. Todo remite al sexo en una época en la que el tema era un tabú. Así, vemos a Timothy Bottoms, un chico de 16 años, intentando llevarse a la cama a una cuarentona; vemos a Cybill Shepherd en una reunión con sus amigos ricachones, en una fiesta exclusiva en la que todos los jóvenes se desnudan, nadan en la piscina y finalmente tienen sexo; vemos a Jeff Bridges a punto de perder su virginidad con su enamorada, pero los nervios le hacen perder la erección, vemos a otros manoseando a sus chicas o eyaculando prematuramente, pero al final, el sexo es la meta inalcanzable, aquello por lo que todos se obsesionan y aquello que siempre es elusivo. El elenco es completado por Ellen Burstyn y Clu Gulager (director de "A Day with the Boys" que reseñé aquí hace un tiempo). Las escenas finales de la obra de Bogdanovich son tristes y conmovedoras, no porque sean excesivamente dramáticas sino porque se sienten absolutamente verdaderas.  

Me sentí fascinado por "The Iron Lady" (2011) de Phyllida Lloyd. Meryl Streep consigue transformarse en la mujer más poderosa del Reino Unido. Y al mismo tiempo somos confrontados con la realidad de Margaret Thatcher. ¿Quién fue esta mujer que se convirtió en la primera ministra de Inglaterra? ¿Era ambiciosa? ¿Cruel? ¿Ciega a las demandas del pueblo? Algunos han acusado al film de ser un tanto apologético, pero no estoy de acuerdo. La vemos en más de una dimensión, la vemos como un monstruo, a veces, pero también la vemos en momentos más humanos, más vulnerables. ¿Sentimos lástima por ella o la seguimos condenando por sus decisiones? Eso depende de cada espectador, pero lo cierto es que como señalarían los seguidores de Lacan, las mujeres pueden asumir la posición masculina o femenina en el gráfico de sexuación, pero por alguna razón, las mujeres que llegan al poder sólo pueden ubicarse en la posición masculina. ¿Podría existir una mujer en el poder desde la posición femenina? Hasta ahora no hemos visto algo así, y tal vez eso sea lo que nos recuerda la Dama de Hierro.

"The Curiosity of Chance" (2006) dirigida por Russell P. Marleau sintetiza uno de los momentos más importantes en la vida de Tad Hilgenbrink, un adolescente que es marginado en la secundaria a causa de su orientación sexual. Realmente disfruté esta comedia, porque a pesar de todas las risas y las secuencias chistosas, hay un corazón de verdad debajo de todo. Pueden encontrar una escena de la película en este link . "Prom Queen: the Marc Hall Story" (2004) es también una comedia aunque basada en un hecho de la vida real. Hace pocos años, hubo un caso de discriminación en Canadá. Un chico de secundaria quería asistir al baile de promoción con su pareja del mismo sexo, no obstante, su colegio católico prohibió la iniciativa. Si bien los colegios católicos se rigen por leyes eclesiásticas, no podemos olvidar que la carta de derechos humanos de Canadá afirma que nadie puede ser discriminado por su orientación sexual en territorio canadiense. Aaron Ashmore, famoso por su rol como Jimmy Olsen en Smallville, es Marc Hall, un adolescente que al final decide llevar su caso a juicio. Usualmente, la discriminación abunda en el mundo, pero es bueno ver que al menos en esta ocasión, en Canadá, la ley prevaleció. Y así en la vida real tanto como en la película, Marc pudo asistir a su fiesta de promoción con su enamorado.

Otra película interesante fue "Jet Boy" (2001), una historia sobre un niño que se prostituye para que su madre pueda seguir comprando heroína. La mujer muere de una sobredosis en el cumpleaños de su hijo, y el chico queda en la calle e intenta sobrevivir. Un hombre que parecer ser un narcotraficante lo encuentra, y en poco tiempo se hacen amigos. Sin una figura paterna real en su vida, el chico empieza a fantasear con la figura del adulto, y está dispuesto a prostituirse con tal de que este hombre permanezca a su lado. Una historia bastante dramática, aunque el final es ligeramente más optimista de lo que hubiese esperado. Vi de nuevo "My Best Friend’s Birthday" (fragmentos sobrevivientes) de Quentin Tarantino: personajes dementes, diálogos alocados y personajes fuertes que nos recuerdan cintas clásicas de Tarantino; lleno de referencias cinematográficas, este confuso proyecto tiene sentido pese a estar incompleto.

En el frente internacional tenemos "Sønner" (2006), dirigida por Erik Richter Strand, que nos da un vistazo a la desagradable realidad de la pedofilia en Noruega. Un noruego ha seducido chicos menores de edad por más de dos décadas, y luego de regresar a su pueblo natal, una de sus antiguas víctimas, ahora un veinteañero, lo reconoce inmediatamente. No tiene pruebas de que sea el mismo hombre, pero eventualmente lo sorprende en un encuentro íntimo con un niño de 12 años. Esto, no obstante, revela otras cosas: el hombre ha fotografiado a todas sus víctimas por años y tiene miles de archivos de pornografía infantil en su computadora. Acusarlo significa hacer que muchos adultos revivan una experiencia traumática que preferirían olvidar. Erik Richter Strand maneja personajes complejos e indaga en las motivaciones del pedófilo y de sus víctimas. ¿Por qué ha sido tan fácil para él convencer a los chicos para ir a su casa, no una ni dos veces, sino en muchas ocasiones? ¿Qué consecuencias han tenido estas experiencias sexuales en los que ahora son adultos? "Straight" (2007) es una película alemana poco interesante que presenta personajes gays y bisexuales. La sexualidad es siempre un tema complejo, pero me parece que esta producción sólo explora los aspectos superficiales de la homosexualidad y la bisexualidad. Por otro lado, "Romeos" (2011) es un film cautivador sobre una mujer transexual que atraviesa una terapia hormonal para convertirse en hombre. Ella/él tiene ahora vello facial y rasgos masculinos, pero todavía tiene una vagina bajo la ropa. Esto causará muchos problemas cuando ella/él se enamore de un gay. No hay muchas producciones sobre personajes transexuales, y hay incluso menos que aborden este tema con seriedad e inteligencia. Romeos es un buen ejemplo de lo que se puede hacer si realmente nos preocupan ciertos temas. Pueden encontrar una escena de la película en este link.
my sketch / mi boceto

Y de Francia llega "L’homme que j’aimé" (1997), una deprimente historia sobre un joven que está muriendo de SIDA y se enamora intensamente de un atractivo muchacho rubio que vive con su enamorada. Sorprendentemente, ellos se hacen amigos y cuando la salud del gay empieza a deteriorarse, el chico rubio se muda con él y abandona a su chica en el proceso. Es una historia trágica, pero difícilmente el SIDA puede ser presentado de otra manera. "Ausente" (2011) de Marco Berger es una de los más poderosos e impactantes films que he visto últimamente. Esta es una historia sobre un chico de secundaria que se las arregla para crear el plan perfecto para pasar una tarde con su profesor favorito. Berger ya me había sorprendido gratamente con su cortometraje "El reloj" , un relato sobre dos muchachos de secundaria que comparten la misma cama pero son demasiado tímidos como para considerar la posibilidad del sexo. Ausente es sobre deseos frustrados, amor no correspondido y la imposibilidad del acto sexual. El alumno hace todo lo que puede para seducir al profesor, pero el adulto permanece indiferente. El final es devastadoramente triste, y hay una escena en particular que hará llorar incluso a las personas frías y distantes que Berger tanto critica. Muy buenas actuaciones de Carlos Echevarría y Javier De Pietro, esto es de lo mejor que he visto de Argentina en bastante tiempo. Pueden encontrar una escena de la película en este link

Cuando se trata de Pedro Almodóvar siempre voy al cine. Y así ha sido desde 1999. Hay algo mágico en estar sentado a oscuras y leer “El deseo producciones presenta”... "La piel que habito" (2011) demuestra por qué Almodóvar es todavía uno de los mejores cineastas españoles contemporáneos. Hay razones para sentirse emocionado con el trabajo de este director: uno puede sentir su pasión, sus demonios internos, sus preocupaciones y su amor por el séptimo arte en cada secuencia. Almodóvar sabe lo que hace y no tiene miedo a causar impacto en el espectador. Durante las primeras escenas, nos sentimos intrigados, y entonces, una serie de flashbacks nos proporcionan suficiente información para que todo tenga sentido. Es difícil narrar el desenlace sin arruinar la historia, así que sólo diré esto: Almodóvar sigue siendo uno de mis favoritos.